ESTÁNDAR: Al final del grado DÉCIMO... Conozco aspectos centrales acerca de aquello que el cristianismo aporta para la construcción y realización de un proyecto personal de vida, basado en la enseñanza de Cristo; y los relaciono con las narraciones bíblicas, con los signos y acciones litúrgicas, con las acciones morales y las fórmulas que expresan esas convicciones.
viernes, 26 de octubre de 2018
miércoles, 24 de octubre de 2018
lunes, 10 de septiembre de 2018
jueves, 6 de septiembre de 2018
jueves, 23 de agosto de 2018
El proyecto de Jesús: anuncio y construcción del Reinado de su Padre.
En momentos decisivos y críticos, como los que hoy estamos viviendo, es urgente ir a lo esencial de la vida cristiana, porque es frecuente entre muchos cristianos dar exagerada importancia a creencias o prácticas religiosas que son secundarias y olvidar otras que son irrenunciables. Por eso, la importancia de prestar atención al relato del evangelio de hoy que es como una síntesis de la misión de Jesús y nos ofrece los elementos esenciales que definen el programa de su vida. Es urgente conocerlos porque no se pueden olvidar, y si lo hacemos, hay que recuperarlos continuamente: lo que fue esencial para Jesús, debe seguir siéndolo para la Iglesia de todos los tiempos.


Jesús proclama que ese Reino de Dios está cerca, es decir, que Dios está haciendo presente en el mundo su designio de salvación, de paz y de justicia. Y Jesús acompaña el anuncio del Reino con acciones concretas de ayuda y curación de enfermedades y dolencias que hacen creíble su mensaje. Pero Jesús no es sólo un profeta del cambio social, ni un político, pero tampoco es un maestro de espiritualidad o autoayuda que sólo intente alcanzar la paz y el bienestar interior y tiene poco que ver con la felicidad de los demás. Tampoco es Jesús una ONG. Jesús es el que viene a mostrar a Dios de un modo nuevo, radical e inesperado.

Ser cristiano es responder inmediatamente a la llamada del anuncio de Jesús, dejándolo
todo (sobre todo criterios cerrados y falsas seguridades) para seguirlo. No para embarcarse en una aventura política, filantrópica o en un curso de crecimiento personal, sino para entregarse a Él, dejando que sea Dios el que conduzca nuestras vidas y los destinos de la humanidad. Seguir a Jesús, es seguir a una persona y no a una idea. Y la manera de recibir esa presencia de Dios es precisamente la Conversión, que significa romper con lo antiguo, no seguir dando vueltas y vueltas a lo mismo como si nada hubiese sucedido; esto es, un cambio de orientación de la propia vida, un cambio de criterios y de corazón, para adecuarlos al plan de Dios. El anuncio del Reino, la llamada a la conversión, las obras concretas de liberación, el compromiso personal y la respuesta incondicional, son pilares fundamentales como seguidores de Jesús.


Hoy que el papa Francisco nos está invitando continuamente a salir a las periferias,
romper moldes y afrontar las inseguridades, otro detalle importante a destacar de este evangelio es que sitúa la actividad de Jesús en la Galilea de los gentiles, distante de Jerusalén. Esto supone un cambio radical, un nuevo estilo y un mensaje universalista: la salvación de Jesús se dirige a la humanidad entera. Mensaje abierto a todos, también para quienes no se encuentran en el centro de la religión judía; Jesús comenzó en Galilea, no lo hace en Jerusalén, el centro social y religioso, donde estaban los sacerdotes y los expertos de la ley, sino en Cafarnaún que era una encrucijada de caminos, culturas y religiones. Una región más bien marginada, con fuerte presencia de no judíos y habitada por aduaneros, soldados y pescadores.


Jesús afronta el desafío de la inseguridad, el pluralismo, la separación del centro religioso, y esto supone una gran llamada de atención a toda la Iglesia, que parece que nos hemos acomodado siguiendo una rutina de lo de siempre, no rompemos esquemas y apenas arriesgamos nada. Queremos seguir siendo el centro de la sociedad y las más de las veces nos movemos en el ambiente de los religiosos, los acomodados y los pudientes. Para una Iglesia en salida que está buscando su sitio en la nueva sociedad, este comienzo de Jesús en Cafarnaún debe ser una luz importante: hoy se nos hace una llamada a romper con la inercia que nos adormece, a huir de la tentación de la seguridad, el poder, el prestigio, el refugio de los templos y lo religioso, que nos están alejando de los últimos y separados. Es una invitación urgente a seguir el camino de Jesús saliendo a los márgenes al encuentro de los más débiles.

Jesús es el comienzo de algo nuevo, diferente a todo lo vivido hasta entonces y que ya no
tendrá fin. Sólo lo que esté conectado a Jesús y a su proyecto de vida, abundante y para todos, durará para siempre; todo lo demás está llamado a desaparecer, por mucho que venga de la Religión, y mejor antes que después, porque no vale la pena mantener lo que está marcado por la caducidad. Y para que su proyecto se mantenga vivo, Jesús sigue haciendo que su palabra resuene en el corazón de algunas personas que, con su Espíritu, se sienten con la fuerza necesaria para llevarlo adelante. Los que pretendemos ser seguidores de Jesús hoy, también debemos priorizar en nuestra vida cotidiana todo aquello que tenga que ver con el proyecto de Reino de Dios: la verdad, la justicia, la solidaridad, y la igualdad de todas las personas, y siempre dispuestos a ayudar a los más débiles y desfavorecidos del sistema imperante, porque para eso el Padre bueno nos ha regalado nuestras fuerzas y favores.
Tomado de : https://sanjuandelacruzparroquia.wordpress.com/2017/01/21/el-proyecto-de-jesus-anuncio-y-construccion-del-reinado-de-su-padre/

Tomado de : https://sanjuandelacruzparroquia.wordpress.com/2017/01/21/el-proyecto-de-jesus-anuncio-y-construccion-del-reinado-de-su-padre/
jueves, 16 de agosto de 2018
jueves, 9 de agosto de 2018
El proyecto de vida de Jesús: el Reino de Dios
Proyecto de vida de Jesús de Nazaret | |
1. EL PROYECTO DE JESÚS
Jesús en su predicación no hizo otra cosa que dar razón de su vida. Sólo decía lo que antes había vivido. Todo hombre se siente llamado, cada día, a crecer en humanidad, a ir un poco más allá de sí mismo, a trascenderse. Jesús quiso crecer en humanidad, sometiendo las cosas, la realidad y la propia vida al servicio de los demás. Había entendido que esto era lo que Dios Padre quería de el. Había comprendido que este era el proyecto de Dios, el Reino de Dios. Por ello, Jesús quiso que su vida fuera una respuesta personal a Dios Padre. Por eso, buscaba continuamente su voluntad en todas las circunstancias de cada día, aun en las más sencillas. Por el contrario, el hombre, a lo largo de la historia, ha vivido con frecuencia dejándose dominar par las cosas, aborreciendo al hermano, odiando, siendo egoísta. 2. JESÚS NUESTRA REFERENCIA DE VIDA Jesús, al vivir de otra manera, según el proyecto Padre, se constituye para nosotros en: VERDAD: La única realización autentica del hombre. CAMINO: El único camino de identificación según el cual podemos realizarnos como auténticamente hombres. VIDA: Nuestra vida será auténticamente humana, en la medida en que reproduzca la vida de Jesús y su manera de relacionarse con Dios, con las personas, con las realidades del mundo. Dios Padre nos ofrece a este Hombre, a Jesús, para que también nosotros lleguemos a ser hombres en plenitud. A eso estamos llamados. Creer es aceptar ese proyecto de Dios, haciéndolo propio. Creer es aceptar esa Verdad de "hombre", ese Camino de "humanización" esa VIDA de Jesús, el Cristo. 3. EN EL CAMINO DE JESÚS - Un camino que vamos hacienda, día a día. - Un camino que, a veces, no sabemos cuando hemos comenzado. - Un camino en el que encontramos dificultades. - Un camino que no podemos recorrer en solitario, sino en unión de los que marchan a nuestro lado. - Un camino realizado en grupo, en comunidad, sintiendo en medio de nosotros al Espíritu de Jesús que nos impulsa a caminar. - Un camino que supone el fiarse de los otros y del OTRO, de Jesús, creyendo en el. - Un camino en el que tratamos de reproducir en nosotros la misma vida de Jesús: - Vida abierta a Dios y a los demás. - Vida que llega hasta la entrega completa y la donación por los otros.. - Un camino que hemos de recorrer conscientemente, aceptando el proyecto de Dios en todas las dimensiones de nuestra vida: sentidos, sentimientos, racionalidad, "yo" profundo. - Un camino que no vemos dónde desemboca, pero estamos seguros de que tendrá un final feliz, porque lo estamos recorriendo, fiados en la Palabra y en la Promesa de Jesús. - Un camino que nos lleva a ser hombres en la medida del hombre total y plena, Jesús, el Cristo. 4. DECIDIRSE… POR JESÚS Decirse por Jesús, por su camino, por su estilo de vida es aceptarle como “el valor fundamental”, que orienta toda nuestra vida, a todos sus niveles. Decidirse par Él supone interpretar la vida con sus criterios, con sus formas de pensar y de valorar. Decidirse por Él es optar por ser un hombre serio, totalmente humano, profundo, libre, justo: un hombre a la altura del Evangelio. Decidirse por Jesús, seguirle: he ahí el camino de la fe. 5. SUPONE... - REVIVIR en nosotros a Jesús como proyecto de hombre, según su estilo de vida, sus actitudes ante la vida y las personas, sus valores. - REPRODUCIR en nosotros las actitudes de Jesús ante los acontecimientos de la historia, su forma de actuar, su mentalidad, su forma de perdonar y de amar. - RECONSTRUIR el mundo según el plan de Dios, poniendo como fundamento el amor y la comunión. En ese mundo las coordenadas son: o EI ser, y no el tener. o EI servir, y no el poder. o EI darse, y no el aprovecharse de los demás. o EI usar de las cosas con sentido cristiano y no el abusar de ellas... | |
Por Reflejos de luz |
viernes, 27 de julio de 2018
El proyecto de vida de Jesús
Qué lectura haces de la imagen?
El proyecto es el Reino
· El centro del Evangelio es el proyecto del reino de Dios. Esto es cierto hasta tal punto que el Evangelio y el reino vienen a ser la misma cosa (Mc 1, 14-15; Mt 4, 23).
“Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del reino, y curando todo achaque y enfermedad del pueblo (Mt 4, 23). La cosa está clara: Jesús anunciaba el reino, curando los sufrimientos de la gente”
Más adelante, cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar, les dijo que hicieran lo mismo que él hacía. El mandato de Jesús es muy claro. Prediquen diciendo que está cerca el reino de Dios: curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios» (Mt 10, 7-8). O sea, para anunciar el reino los discípulos tenían que hacer lo mismo que hacía Jesús: aliviar el sufrimiento.

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